Cuando el cuco pone el huevo en nido ajeno
alguien podría dudar de su sentido maternal,
pero es que el lado tonto de la primavera
le invita a celebrar el triunfo
de la fertilidad sin despojarse
del tic repetitivo de su canto,
en cambio al otro lado la curruca
planifica los tiempos de empollar
y de cosechar el alimento
en el silo insaciable del gran hijo
que la naturaleza despistada
le regalará un mal día
como compensación a su tamaño.
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