martes, 1 de febrero de 2022

Mil espinas mil idiomas

 



Estoy mirando un mapa con color de océano,

imita de algún modo el borrón de un cocodrilo,

desde escandinavia llega su palabra de báltico oleaje, 

dime 

lo que tu enorme boca abierta

quiso decir y pronunció en silencio,

pero dímelo con signos, con colores más cálidos,

yo te prometo recibirlos con calor de césped, 

los entenderé a empujones de la necesidad,

como cuando llega el hambre 

y aparecen bayas que antes eran invisibles,

los acogeré como a los peregrinos

que no es necesario traducir aunque procedan

de latitudes no frecuentes.

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