Cualquier semilla
se hace querer por la tierra que la acoge,
perderá la memoria
y hasta las canciones de la infancia
se le borrarán mientras aprende
a convivir con el silencio,
luego, entre los brazos de la nieve
perderá la protección de la cáscara
igual que los hoplitas cuando caen
pierden la protección sonora de sus armas,
de ellos nace la hierba de la historia,
la que ha de arder y la que nos alimenta
en los años con óxido,
nadie crea
en la resurrección, que el alma
sólo estuvo dormida.
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