sábado, 26 de noviembre de 2022

Dseta



                igual que esa común gente de monte


Me consuela pensar en el sonido de mis pies 

sobre la tierra humillada por la nieve,

me hace feliz esa virutilla de oro

que cose el desgarrón de la ignorancia,

no saber del agua siendo rana,

echarse al monte sólo para ver

cómo crecen las setas

entre el perfume oscuro del otoño,

arriesgar con la toxicidad de las umbelas,

e invocar a los brotes de mística y alquimia

subidos a unos árboles sin voz y sometidos

a quimioterapia estacional,

aunque confío que algún día 

volverán a ver cómo sus sueños

se deslizan con gracia 

sobre rodamientos aceitados, 

lo mismo que las hojas en la primavera.



 

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