sábado, 19 de noviembre de 2022

Y griega

 



Guardé su corazón

en una piel de cabra,

plegué sobre su pecho los latidos

y le ayudé a dormirlos con las manos, 

luego le ungí con ocre

como si fuera fuego,


que a tu alma dormida llegue

el consuelo del calor y que tus ojos

miren sólo hacia dentro

donde está todo

lo que de interés queda por ver.

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