Los líos grandes son aquellos
que sin recurrir a ayudas musicales
acaban componiendo
una perfecta sinfonía, luces, apagones,
estridencias súbitas que aturden
la paciencia infinita del oído, eso
puede ser un buen lío, aunque no grande,
el grande acaba por fundirlo todo,
rasgando por completo la cortina
y dejando desnudo, así, sin nada
que disimule las vergüenzas
del santasantorum, eso si es un lío grande
y un pavimento de reptiles
de esparto virgen, suficiente
para que los pies más avispados
tropiecen, arrastrando en su caída
a las torres más altas.
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