viernes, 11 de noviembre de 2022

Has cerrado el libro pero no la voz

 


Es como alcanzar la página 602

de esa novela de Lobo Antunes

donde amenaza siempre una ceguera geográfica, 

los ríos suenan pero no se ven

y la voz de las cosas está atenta

al campanilleo desfalleciente de las flores

cuando las agita el viento abrasador de las afueras,

tú vas al final, 

escondido en el polvo que alza la patrulla

pensando en la cortina de plástico estampado de la ducha

en la encalada soledad de Alfama,

es como si respiraras sangre, pero no, es el polvo rojo

de este paisaje en carne viva, 

las hormigas y los licaones siempre vigilantes

te hacen saber que en un momento 

puedes dejar de ser visible

y ocupar un lugar en la bodega del carguero

que ha de llevar tu ausencia hasta Lisboa,

un ataúd de tapa negra con un título

largo aunque difícil de olvidar.




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