viernes, 22 de octubre de 2021

No hay canon para ello

 


Por más que uno se empeñe

en ver plasmada en cuatro cosas

la perfección altiva del diseño

no es fácil liberarse del cansancio

de la repetición, una y mil veces

contemplarás esa pereza y su equilibrio

terminará aburriéndote,


es como mirar las flores,

-nunca dos iguales-, insobornables

a un canon de belleza que las haga

reconocibles o al menos penetrables

al berbiquí de la metáfora.

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