La luz vacía
no llega a iluminar el corazón,
trabaja a ciegas la memoria
sobre raíles extendidos que alimentan
su propia luminaria y llegan
hasta estaciones intermedias,
nunca a la final que está tan cerca
como ítaca de ulises,
somos
un corazón pequeño protegido
por la sombra alargada de un gigante.
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