Con los años
he ido perdiendo contundencia,
alguien me pensó y actúa
por mi sin conectar conmigo,
duerme por mí, me sueña
los paisajes difíciles,
sube por mí las cuestas y contempla
desde la cumbre mi cansancio
dejado abajo en una sombra,
alza mis brazos invocando
la incredulidad y a veces
hasta me señala con el dedo
como culpable de esta forma
incomprensible de agotar el tiempo.
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