Atentos es ese
reservorio secular del ámbar,
muchos sueños se vieron seducidos
por su aroma dorado y, adoptando
la apariencia de insecto, consintieron
en dormir varios siglos para darnos
razón cumplida de su ser más adelante,
ahora, emancipados ya del tiempo, reivindican
un sí rescoldo entre noes cenicientos,
como si descendieran nuevamente
a las entrañas del volcán,
no brille más el magma, que le quedan
muchos siglos aún de testimonio
entre los días naturales
y la ficción de un tiempo redivivo.
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