Qué gloria ofrece al jugador
ese agujero de la ruleta rusa
que apunta a ciegas a un futuro incierto,
cualquier alternativa es algo que hace temblar,
el miedo se materializa cuando suena
el clic del corazón en las arterias parietales,
luego, cuando la explosión reviente
y las miradas se queden por un momento ciegas,
vendrá sobre la atmósfera
cargada de presagios y humo
una paloma suspendida del hilo de la luz
para anunciar a todos que la vida ya no avala los milagros
anotados con tiza sobre el laberinto de las apuestas
y la pila de turbantes ensangrentados de la mala suerte.
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