viernes, 8 de julio de 2022

Algo del almanaque visionario

 


He llegado a ver la cremallera

abierta hasta donde no podía imaginar,

a partir de ahí sólo la imaginación puede adentrarse,

los órganos teñidos por el moho

de la enfermedad, las velas apagadas del delirio

donde antes mantenía su firmeza de cristal 

una excitada inteligencia buscadora de imanes,

o las preguntas propias de estación

quemadas por los hielos o el estío

de un clima descentrado, por eso

he decidido renunciar al dolor o darle

un lugar secundario en la comedia

de los disfraces cotidianos.

Con una clara consecuencia:

que iré avanzando más despacio

sin que eso signifique

retasar la llegada del final.

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