Regreso a ese lado de las cosas donde lo escolar prescribe,
nada de lo aprendido permanece con aura aquí,
todo se apaga y te obliga a matricularte de nuevo y sin memoria,
dice
un autor latino que la muerte tiene su lado familiar,
te sigue desde que naces y conoce con precisión todos tus miedos,
como este que regresa a mí
cuando me despierto sintiendo el galopar amenazante
de una manada de centauros
que van sentándose a mi lado, en sus pupitres
parecidos a jaulas para herrar,
ahogando con sus risas mi defectuosa percepción del ritmo:
cuadrupedante putren sonitu cuatit ungula campum.
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