domingo, 10 de julio de 2022

Para cuando ya no estés

 


              Luis, te acompaño hasta el recodo.


He dejado una pregunta

para cuando ya no estés, no esperaré respuesta,

ella te acompañará cuando progreses

como halcón entre nubes,

no aludirá a rescoldos de otras brasas,

será un calor aéreo como fruto

de una respiración, un hola, cómo estás, 

sabiendo que ya faltas, que has dejado

de estar, aunque mantengas la forma de un recuerdo,

te arrastrará lejos el aire,

a ver crecer las hayas, a enseñarles

a beber el relente en este año de dolorida sed,

quién dará cobijo húmedo al laurel

o un mejor acomodo a la encina forastera.


Ya se han callado las campanas,

ahora llega lo peor:

la duración eterna del silencio.

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