Y ahora un cementerio,
reparad: aquí nada está muerto,
al menos a la vista, muchas flores
e inscripciones que hacen sospechar
unos encendidos sentimientos,
hay lamparillas de cristal iluminando
el lado fatuo de la noche,
y además está el árbol, un ciprés
con el capuchón desenroscado
para dibujar las espirales de van ghog,
es un árbol antiguo, con gorriones,
que nunca ha sido utilizado
para fabricar los ataúdes
que perforan el mundo subterráneo.
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