lunes, 4 de julio de 2022

Hojas de penca tan carnosa

 



Nunca nos paramos a pensar

en la carga bruta del adorno,

los ojos hacen como que no ven 

el atrezo villano y se dedican

a adorar como a un dios a la columna

robusta y sobria de los templos

sin más estrías que las de la edad,

ya no distinguimos entre metal y plástico,

o entre el mármol formal y el griterío

de los alicatados, se nos sube a la cabeza

un pensador que apoya su desgana

en la hoja carnosa del acanto, codo con codo con el dios

de bronce oscuro que simula

un arrobado pensamiento.



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