jueves, 25 de julio de 2024

En una caja de madera conservaba unos pelos de la crin de la potrilla; había resbalado en la pendiente y quedó colgando de la soga que la fijaba al pasto; cuando él vio el espanto de sus ojos regresó a la cuadra, tomó los aparejos de la doma y los quemó sobre su vientre hinchado que había cubierto con ramas de sabina

 





Pudo ser un salto,

pensé que mi cansancio quedaría

suspendido de un hilo si lograba pintar mi cara 

y ausentarme tras el azogue del espejo,

los hechos hablan oscuramente de algo,

no pueden concretar, infancia entre algodón o lana,

roce de algo con filo, agudas púas de la imaginación,

el cielo algo nublado, un largo invierno

y la pereza áspera del sol con hielo trasparente

en las ventanas como una artesanía del dolor,

mis ateridos dedos y la contradicción del alma

que no sabe mirar aunque la lleven

a graduarse la vista cuando apenas

ha cumplido los seis años.



Zona B:

Tal vez  empiece ahora el genocida un lavado de cara frente a la imagen espantosa que el espejo le devuelve. Querrá adoptar esa actitud de Dorian Gray que sólo sirve para retardar el inevitable paso frente al tribunal que ha de juzgarle, 

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