Pudo ser un salto,
pensé que mi cansancio quedaría
suspendido de un hilo si lograba pintar mi cara
y ausentarme tras el azogue del espejo,
los hechos hablan oscuramente de algo,
no pueden concretar, infancia entre algodón o lana,
roce de algo con filo, agudas púas de la imaginación,
el cielo algo nublado, un largo invierno
y la pereza áspera del sol con hielo trasparente
en las ventanas como una artesanía del dolor,
mis ateridos dedos y la contradicción del alma
que no sabe mirar aunque la lleven
a graduarse la vista cuando apenas
ha cumplido los seis años.
Zona B:
Tal vez empiece ahora el genocida un lavado de cara frente a la imagen espantosa que el espejo le devuelve. Querrá adoptar esa actitud de Dorian Gray que sólo sirve para retardar el inevitable paso frente al tribunal que ha de juzgarle,
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