Miro esa impronta como de arpillera
dejada en la pared por una escurridiza luz rasante,
nací en la dejadez de las edades, pienso, el tiempo es mi enemigo,
es ya la hora, me oigo decir, me han rodeado
poco a poco las tinieblas, ¿he de dar al interruptor
o esperar un poco, asentado en la blonda de la meditación
por si quisiera venir a visitarme algún espectro del pasado,
sólo ropa inflada de quietud, sin cabeza y sin manos,
como dando a entender que ya no es tiempo
o que la ficción de la temporalidad se ha despojado de disfraces?
vuelvo a mirar a la pared, la luz ahora cae desde la altura
y no produce la sensación de arruga de la piel afectada por la edad,
es hora de dormir, el cielo ha huido y las estrellas montan guardia
por si fuera necesario atender alguna urgencia
por consumo de drogas temporales.
Zona B:
Imperativo categórico vuelto del revés: que te hagan padecer la misma pena que tú infliges a quienes comparten contigo su destino.
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