Debí pensar: no es bueno
ponerse colorete, untar, decíamos,
la sangre sacrificial, caliente todavía, sobre la piel,
fuimos ciervos asustados, perros urbanos
al borde del infarto por la cohetería,
la explosión de un ser vacío, una vez eventrada
su cobardía natural,
seguíamos a pie la procesión, la gran araña
nunca paraliza del todo, usa la seda
como los hilos del telar y maneja la cánula
para llevar los coloretes a las caras muertas
y que parezca que están vivas, llena de cantos y sonidos
las hiladas de orugas catecúmenas que luego
nutrirán su despensa.
Zona B:
Aún no conocemos con exactitud la magnitud de la barbarie perpetrada por los colonos en la Cisjordania rapiñada. Cuando esto acabe veremos con horror que la crueldad de los campos nazis tiene aquí una copia ( quizás tan espantosa como la original).
No hay comentarios:
Publicar un comentario