lunes, 1 de julio de 2024

Dijo que él tocaría en el baile de los ramos, era el último domingo de junio, subiría al estrado después de calentar los dedos, probaría el primer orujo y dejaría que las lágrimas enturbiaran sus ojos para no ver nada más que la música flotando

 




Él ya había estado allí, 

antes había estado allí, sus pies rozaban

un suelo de madera y con sus dedos tamborileaba un ritmo,

era grato deslizarse por los techos de pizarra ensamblada

como si fuera lluvia, no había sol ni era de noche,

se sentía la majestad del aire, sus bufidos de búfalo estelar,

un cielo gris contaminado de posibles estrellas,

pero no, no era de noche ni el descanso hilaba historias

para mantener parado al tiempo,

ellos dos caminaban, veían luces a lo lejos,

aunque no era de noche, se acercaban despacio hacia el calor, 

la lluvia helada, los vapores del pantanal dificultaban su camino,

desde una puerta les llegó una voz, oyeron un ladrido 

y de repente la luz eléctrica les rescató,

pudieron ver las cuencas de sus ojos, su no mirar,

el ruido de sus huesos al moverse y pensaron

que estarían soñando y todo era una pesadilla.



Zona B:

Además de la crueldad que el ejército despliega hemos de juzgar los malos modos usados con los palestinos expulsándolos de sus tierras y construyendo asentamientos ilegales en territorios ocupados. Todo amparado por la ley del más fuerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario