jueves, 11 de julio de 2024

Quiso apurar la situación y obligar a la nada a rozar el ser, como en el gerundio majestuoso de Eugenio de Andrade que brillaba en el estante sobre el lomo de cuero de un ejemplar encuadernado a mano y que casi nunca utilizaba por miedo a mancillarlo

 





Yo estaba allí

en el ángulo esquizo que el fotógrafo

no fue capaz de someter el orden del retrato grupal,

me asomaba con aire forastero al barandal del paraíso,

donde el placer pedestre se confunde 

con el reptar de la serpiente o el roce de una pluma

sobre el núcleo sensible del pecado original, 

ni mi ropa ni mi curiosidad estaban invitadas 

a posar ante aquella pared de patio de anteiglesia 

con heridas de guerra e inscripciones de fidelidad a alguna causa,

y aún sigo allí, mirando

como el pobre que espera a que el banquete se disuelva

en migajas y harapos para heredar el traje de primera comunión

que unos años más tarde llenarían mis brazos y mis piernas,

mi cuerpo de pagano inmerso todavía

en la pana maciza de la rusticidad.



Zona B:

El ejército invasor bombardea de nuevo la escombrera de Gaza por si algún resto de vida, vegetal, animal o humana, quedara en pie. Cómo recuerda este momento al relato bíblico tras la destrucción de Jericó, cuando un dios sin rostro -y sin entrañas- ordenaba extinguir cualquier forma de vida. 


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