sábado, 13 de julio de 2024

No acabo de entender los embustes del bosque cuando subo la cuesta por la vereda en sombra y escucho un revoltijo de sonidos: desde trinos de pájaro a ruidos de cigarra, pasando por el rotor del helicóptero que marca el territorio a algún incendio, o el redoble en las sienes de mi propia fatiga; todo porque voy pensando en la lectura dejada atrás, en vez de zambullirme en la limpieza de la atmósfera sin pensar en nada más

 




Y cuando al fin alcanzas

la estantería de la edad sin tener que ponerte de puntillas

sólo encuentras el libro del dolor o los cantos dorados del exilio

más allá de la verja de la infancia,

usas cualquier disfraz, la biblia, las enciclopedias,

una fantasmal antología de la luz editada en los tiempos de penumbra,

y todos los muelles oprimidos pretenden liberar al mismo tiempo

sus espirales de ignorancia y emiten un crujido

como los metales verdinegros que no conocen aún la oxidación,

y se lanzan desnudos a la bruma sin el lubricante necesario

para ocultar los ruidos de los primeros pasos,

completamente expuestos a la voracidad del ser

que no admite la tregua para retirar cadáveres y darles

tras su primera clase la definitiva -primera y última- lección.



Zona B:

El ejército israelí ordenó disparar contra vehículos militares propios para evitar que algún tipo de información cayera en manos de Hamas. Israel da por hecho que en la guerra todo vale.

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