viernes, 26 de julio de 2024

La orilla blanca, la orilla negra, en medio el brillo de la plata, río en sombra que si el sol lo iluminara mostraría el tono rojo de un dolor que no pudo mostrarse en su momento; a un lado está la carretera y de vez en cuando un puente la obliga a trasladarse al otro lado; pero siempre queda la cuneta con los huesos comidos de verdín y olvido sin que nadie se ocupe de enmendarlo

 




A pesar de la herida

que han dejado en mi piel hoy sido preguntando

para qué sirven las letras, esos trazos oscuros 

que colonizan el papel con su huella de insecto,

sus muchas patas no consiguen que el tiempo

avance más deprisa que la realidad, si es que esta existe

como las letras la definen, o se detenga y obedezca 

nuestra ansiedad de eternidades,

son un abono artificial que fertiliza el campo yermo del papel,

nosotros las leemos con temor, como si al hacerlo

estuviéramos robando la cosecha a un  poder feudal

que intenta -y a veces lo consigue- convertirnos en siervos.




Zona B:

He sentido vergüenza ante la tolerancia del imperio USA a los insultos del GENOCIDA Netanyahu hacia los que no piensan como él. Ridículo y terriblemente doloroso. En un platillo está la vida, en el otro el negocio de las armas. Ver resultado.

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