viernes, 31 de enero de 2025

Había recorrido muchas veces aquel lugar donde la cumbre acababa en un filo de cuchilla; a cada lado el poderoso imán de la mirada invitando a dejarse llevar, lo mismo que una pluma; pensar en ello le hizo más fugaz, con menos peso, como si se diera cuenta de repente de que la muerte siempre vigilaba tras un disfraz de valla protectora, algo a la vez tramposo y atractivo




La luz llega al museo

embrionada de insectos, choca

con el cristal con un sonido de nevisca fatigada

y nos descubre una ciudad en miniatura, los anuncios

de senda luminosa contundentes como machetes de neón,

la soledades de arrabal acribilladas por mil ventanas amarillas,

sonidos de ambulancia dejando un rastro azul en la pared

y perros, muchos perros con su mirada de luciérnaga

asomando a los barrotes de algún furgón municipal,

fijaos sobre todo en las figuras que reducen

al mínimo común el arquetipo humano:

ojos, nariz y boca en una bola gris, tres incisiones indoloras 

que ni sangran ni dejan traslucir las diferencias

que nos hacen distintos de los animales.



Zona B:

Será necesario recurrir a Orwell o Huxley para acuñar un nuevo término que nos permita hablar de Palestina sin incurrir en el delito de usar palabras prohibidas por el todopoderoso Gran Hermano. O inventar un nuevo tiempo verbal que resuma el pasado y el futuro de un pueblo milenario al potencial de la ceniza.


jueves, 30 de enero de 2025

Le venía el apodo de la desventurada travesía que hizo en solitario por apuesta; aún se le notaba en las muñecas y tobillos la marca del alambre que utilizó para atarse al palo y aguantar las embestidas del oleaje enfurecido; el cable penetró hasta el hueso y hubo que cortarlo con cizalla para que el médico intentara salvar manos y pies de una amenaza de gangrena; lo malo es que seguía enrolado en un carguero y cada poco debía soportar las risotadas cuando la sirena lanzaba al aire su mugido

 




Cualquier esfuerzo es aceptable 

si tiene por objeto asegurar ese futuro

que los augures homologan con sus visiones del pasado,

vemos a Aquiles en conversación pacífica 

con alguien que nos da la espalda y que mantiene

un cierto parecido con Ulises, ambos

comprueban el bruñido de una armadura de metal,

el filo de una espada o el destello de unos ojos azules 

que reflejan las grebas acabadas de pulir,

intercambian secretos alejados del torbellino de la guerra,

la batalla más dura de su respectivas soledades,

y los dos prefieren llamarse por el mote

con que más tarde Homero los dará a conocer,

uno subiendo con pies ligeros la pendiente de la inmortalidad 

tras aceptar su compromiso con la muerte,

el otro regresando al dulce olvido de una isla remota

a la que no parece tener prisa por llegar.



Zona B:

Antes mataban  con misiles o con bombardeos, ahora siguen matando con el subterfugio de la tregua y para hacer más eficaz su labor de destrucción destierran a la UNRWA que prestaba una ayuda insustituible en el territorio en sanidad, educación y suministro de alimentos.

miércoles, 29 de enero de 2025

El pescador ya jubilado se sienta ahora dando la espalda al mar; no ha vuelto a ver el agua azul, el agua verde, el agua gris del mar, sólo el agua trasparente del grifo bajo el emparrado; su deuda es tal vez con la memoria aunque no podría asegurar que el mar, con el que tuvo tantas horas de conversación y controversia, siga siendo su amigo; le da la espalda, sí, aunque de vez en cuando echa un vistazo al reflejo que le ofrece el cristal de la ventana

 




Salí rodando arena abajo

igual que un caracol cuando se asusta

y lleva la contraria a la canción,

yo buscaba conchas, azulejos cuarteados por la sal,

pequeños vidrios de corte esmerilado

y pulseras de oro con dedicatoria

que suelen despistarse entre la arena

tras la sesión interminable de sol y contraluz,

buscaba el ruido de bordón acuoso

que algunos dicen escuchar pegando

su oreja al altavoz helicoidal de caracolas tropicales,

pero la duna me frenó en la cresta de juncos y carrizos

sin alcanzar la línea oscura que deja la marea al retirarse,

no conseguí gran cosa y, de regreso,

noté que me faltaba la medalla 

de mi primera comunión.



Zona B:

Da miedo escuchar a los colonos que se instalan en asentamientos ilegales de los que previamente han expulsado a sus propietarios palestinos. Dicen que ellos no hablan el idioma del odio, que quieren vivir en paz. ¿Es cinismo o ignorancia culpable? En cualquier caso es una actitud muy semejante a la que adoptó el pueblo alemán ante los crímenes de Hitler.

martes, 28 de enero de 2025

Iba por la parte alta, por donde ya no hay fuentes y has de calmar la sed con los arándanos y las bayas rastreras que se camuflan entre hierba; tenía al oso por vecino y algunas noches le escuchaba resoplando como si rezara o conversara consigo mismo; cuando llegó el invierno decidió quedarse e hibernar, igual que el oso, todo con tal de no tener que regresar al pueblo y aguantar las preguntas de la gente

 




Me acerco caminando hasta la teología del dolor,

digo dolor aunque lo mismo se puede definir como cansancio,

pasos cortos y lentos antes de sentarme a meditar

sobre la utilidad del sufrimiento,

el aire es casi ateo, como yo, 

pagano dicen los sociólogos, pues ellos no evalúan

nada más que aquello que se ve -el fainómenon,

usando ese lenguaje laberíntico

que la escolástica le robó a Aristóteles-,

y no es que yo siga sufriendo el acné juvenil de los suicidas

que no se atreven a saltar, yo siempre llego

a la cumbre final del silogismo, a la nieve perpetua

de la mirada crítica, allí donde el dolor no parpadea

y escudriña los usos paliativos de la terapia ocasional

para abortarla, -al otro lado está el abismo-,

nada puedes hacer más que esconderte 

tras el envés de este tratado de absurda teología

pensando en el dolor de los que tienen fe

y no encuentran razón que justifique

la prolongación de la tortura.



Zona B:

Continúa la suma de asesinatos en el Líbano, continúa la ocupación de territorio, en contra del acuerdo. Pero ya sabemos: nadie va a poner fin a estos abusos. A los nazis se les llegó a juzgar. ¿Cuándo se juzgará a este gobierno genocida?


lunes, 27 de enero de 2025

Allí apareció aquel engendro de horrorosa belleza, su plumaje mojado y sucio recordaba al de un gallo tras salir derrotado en la pelea; iba acompañado por la sombra de un perro, aunque el animal hacía tiempo que ya no iba con él; un fiero olor a berza, un soniquete de mendigo y una techumbre de tábanos y moscas le seguían, y por delante el tentenube que tocaban las campanas para ahuyentar a las tormentas, pero a él no le paraba ni siquiera la invocación a dios o el retumbar del trueno

 




Un hierro natural pulido a mano, 

revestido de ese color azul que da la fragua

al mineral templado al fuego,

un hierro así, tan primitivo,

acompaña al pastor como navaja

y al labrador como herramienta de usos varios,

el druida lo utiliza como amuleto milagroso 

contra la nada que amenaza con convertirse en realidad,

los antepasados lo ajustaban como anillo 

al dedo corazón de los difuntos

para que los ladrones de tumbas encontraran

alguna recompensa a sus esfuerzos

por liberar de lastre a los que aspiran

a volar muy ligeros de equipaje.



Zona B:

Mira y compara, la franja de Gaza o Cisjordania con el territorio habitado por judíos. ¿Qué es lo que hace que la vida de un judío valga más que la de un palestino?


domingo, 26 de enero de 2025

Pretenden ahora convencernos de que el saludo de Musk es sólo una apertura del corazón a todo el que le mira; que alguien que nunca tuvo corazón recurra al gesto ambiguo o que las redes se encarguen de endulzarlo demuestra inseguridad y cobardía; admito que me traten de embaucar, que me sometan a la sádica tortura de una mentira travestida de verdad, pero no tolero que me insulten exhibiendo símbolos innobles haciéndolos pasar por las usuales formas de referirse a la concordia

 





Me he asomado a las grietas del glaciar

rememorando azules de cuando tú eras pez urgente

y yo usaba todavía los anzuelos sin cebo de la contemplación,

qué vértigo la línea horizontal apoyada allá abajo

sobre imposibles trasparencias, náusea y picazón

el aire con olor a foca, la palabra lenta y deshilachada

del profesor señalando ranuras, baldas

donde poder acomodar su erudición o las edades apiladas

de mil matusalenes atrapados en urnas trasparentes,

en apéndice aparte se analiza el tono cantarín de ese vacío,

las campanas de hielo que traen rumor del otro lado

a través de agujeros practicados en una gélida pared 

con la única anestesia del frío inapelable.



Zona B:

También desde Israel podrán decir que el genocidio practicado era la única terapia contra el mal, ignorando que el mal a veces lo define un simple cambio en el color de la moral: lo que conviene o no a nuestros oscuros intereses.









































































sábado, 25 de enero de 2025

Volver allí, tras la pintura negativa del incendio, regar las plantas calcinadas, socorrer al lagarto a medio asar, dar sepultura a la piedra despellejada de su musgo, y deslindar la fuente asfixiada por el rodar de maquinarias que nada o casi nada de provecho pudieron rescatar de entre las llamas, salvo este olor infatigable a guardarropa con polilla

 




Yo sigo ahí mirando el agua 

de esa fotografía donde todo flota junto a ti,

se queda atrás el trampolín, madera artificial que tiembla

desarropada de tu vuelo de plumaje falso,

sigue contigo el bañador, él nunca vuela sin tu cuerpo

pero a veces bucea convertido en tiburón,

fuera del agua la amenaza de su aleta dorsal,

debajo la promesa inverosímil de una quilla sensual, sireniforme, 

y detrás de ti la pedrería  de una irregular salpicadura

como el final de una tormenta de granizo,

yo desde este lado, con devoción irreverente

imaginando brasas en las manos, 

sabiendo que tocar está prohibido.



Zona B:

Mala es la leyenda que acompaña a un pueblo que siempre arrastra un gran dolor y lo propaga por donde va como si fuera una epidemia. Ya va siendo hora de que deje atrás esa piel de serpiente y adopte el avatar definitivo de una vecindad sociable y amistosa.



viernes, 24 de enero de 2025

En los canecillos de esa casona de cacique asoma la indignación, la resignada calma, el cretinismo que produce la miseria, la mirada miope de quien clama a dios, las manos que se elevan para palpar la lluvia, la desesperación tras el entierro de la niña que murió de frio o de hambre en medio de un mar de cereal, bajo la sombra de una pirámide de trigo dejada a los ratones y a los pájaros

 




Abundo en ese corazón bruñido por el sol

sobre tu escudo militar de piel de vaca,

admiro la campesina orfebrería que curtió y produjo

el sorprendente repujado de la víscera más combativa y animal,

dejaré que él me cuente, que me guíe a través de la batalla

sin un solo rasguño, acaso protegido por la hégira de un dios

que a su vez usa el humo para su propia protección, 

seremos un blanco difícil, una diana

colgada de la lanza de un guerrero,

él sabe qué hacer, burlando vigilancias 

llegará a la cocina de una confiada retaguardia

donde la guerra sólo entiende de intendencias

y cosas de comer, también el hambre duerme allí,

bajo las carpas militares y algunas veces,

si se consigue despertar a tiempo su ferocidad,

puede acabar con la más sólida defensa.



Zona B:

Estos días de pausa son los plazos que los dos imperialismo en alza se dan mientras diseñan el orden nuevo que consolidará nuevas fronteras en favor de quien ha ocupado el territorio.

jueves, 23 de enero de 2025

Quedarán desiertas nuestras calles cuando ellos se hayan ido; no habrá más mercadillo de belén y espumillón para animar catástrofes y no regresará la luz de Sirio por ese lado tan azul y el cielo quedará en un gris plomizo igual que el hormigón, igual que el uniforme de los guardias que atisban la frontera para que nunca más llegue de oriente ni del sur o del oeste la incontenible magia de la estrella

 




En las tardes de agosto

bajaba el pueblo entero hasta la playa,

la señal era un aire que llegaba del este, miel atenta

que los robles enfermos supuraban

para resistir a la resina del pino forastero,

del serrín fermentado que se apilaba junto a la carpintería

salía aquel aroma turbador que nos ponía

al habla con los dioses, todo en los minutos indecisos

entre el fulgor último del sol y el rayo verde,

los arcos costillares de las ruinas del monasterio cisterciense

ofrecían albergue al tiempo huérfano

dándole la cena y un lugar donde dormir,

con ese protocolo inmemorial se aseguraba

una eternidad condescendiente sobre la ruina conventual,

y en plena noche se mezclaba el ruido de las olas

con el run run de las canciones que entonábamos todos

para que llegaran nuestros sueños al reticente oído de la divinidad, 

mientras exorcizábamos la muerte que llegaba 

flotando entre los restos del naufragio. 



Zona B:

Hacer grande a Israel, hacer crecer a América. Se creen el fermento que hace subir la masa hasta convertirla en pan y no son más que el resultado de la hinchazón de unos egos cancerosos que  amenazan a toda la humanidad. ¡¡¡CERREMOS LA MURALLA!!!

miércoles, 22 de enero de 2025

Abriréis las ventanas y conoceréis el matiz salobre de la brisa forastera; ella a su vez os abrirá los ojos y seréis capaces de contar, ir dedo a dedo hasta la legua cuatrocientos, e incluso más allá si hacéis racimo con las manos y las alzáis al aire para ver en qué sentido va a soplar haciendo vuestro viaje más tranquilo

 




Robar no es bueno, se decía,

es como querer asar la carne al sol,

siempre queda un centro de furor, una amenaza

de carne cruda y la obstinada tentación de saborear la sangre,

mejor es compartir, tú la cabeza y tú la cola,

con la parte central, la más sabrosa, se queda el aire,

la fantasmal evocación de una criatura que no se deja ver,

así acabó brotando entre nosotros la flor de la indigencia

y el seráfico amor del espigueo y la mendicidad,

desperdigados por el mundo aunque unidos 

en el coro sumiso de la mansedumbre,

no es bueno robar, cantamos, e invocamos del aire

la generosa caridad de esa criatura que no se deja ver

y cuya providencia evita nuestra gula 

al devorar él solo la cosecha.



Zona B:

Un misericordioso dios salvó del fuego a sus amigos, (destrucción de la Pentápolis bíblica) pero no le importó que perecieran niños y ancianos en la hecatombe calculada que habría de asolar todo un territorio para beneficio de unos pocos. La historia y la leyenda se repiten.



martes, 21 de enero de 2025

El hombre de ancha espalda apareció en la entrada de la cueva, miró hacia el sur, donde el meandro reflejaba la luz del sol algo atenuada por el ramaje de los sauces, llegó hasta allí con ese andar furioso que suele obedecer a algún dolor y a dentelladas fue desollando la piel verde de una rama; en el camino de regreso a la caverna desapareció el dolor y desde entonces aquel hombre del tiempo oscuro cultivó un producto de farmacia al que hoy llamamos aspirina

 




Durante mucho tiempo mantuvimos

nuestro sometimiento a la altitud, andábamos confusos

entre niebla y nuestros rebaños no sabían

lo que era el sol, al pasto se llegaba pisoteando

la nieve dura y hasta los lobos al acecho

acababan convirtiéndose en festivos muñecos con bufanda

y nariz de zanahoria,

luego la renuncia nos llevó hasta el valle

donde aprendimos a cantar algunos salmos

que proclamaban la desposesión,

y así llegamos hasta el páramo, la desolada playa de horizontes

eternamente fugitivos, donde los ojos se acostumbran

a no mirar porque han perdido

las altas referencias de la caliza azul de las montañas.



Zona B:

Tiempo de temor, tiempo de furia que llena el aire desde oriente hasta occidente. La estúpida venganza de los vencedores que ignoran que algún día se cebará con ellos.


lunes, 20 de enero de 2025

Tras el paseo por el puerto se sienta un rato en el noray oscuro y mira largamente el cabeceo de los barcos; así alivia su mal de tierra firme y recuerda su origen montañés equiparando el mareo inicial del principiante con el vértigo alpino que asusta por igual a cazadores y a turistas cuando se arriesgan a seguir a los rebecos

 




Bajaban a la playa aún con niebla

a recoger madera y elementos 

que dieran un sentido a la quietud de la jornada,

las olas a lo suyo, columpiándose en las frondas del ceremonial, 

doblando y desdoblando el embozo de espuma sobre el cabezal de arena,

salvo el guirigay de las gaviotas -que vuelan siempre a contraluz-

y el odio circular de sus miradas, todo es paz, o lo parece,

porque de vez en cuando llega del mar un eco largo

como el crepitar antiguo del telégrafo

lanzando una llamada de socorro,

y debe ser así, porque en la arena

queda el dibujo perceptible del punto raya punto

reforzado con el emoticono de una posible calavera.



Zona B:

Es verdad, hoy no parece un buen día para la lírica, aunque mañana tal vez sea peor.


domingo, 19 de enero de 2025

Cuando escuchan de nuevo aquella sintonía algunos se estremecen; otros se preguntan por su origen, no de qué pieza musical está sacada, sino cuando se engarzó y de qué manera para encabezar con propiedad y sin violencia un programa diario que fuera capaz de satisfacer a todos sin que se vieran las espinas del pescado

 




Quiero oír la luz,

quiero que vuelvan esos pájaros

que animaban con trinos las sesiones de la audiometría,

yo, igual que un desertor nocturno, abandonaba el suelo

de la percepción pisando los peldaños de una escala de luz

donde unos ángeles sin peso ejercían de cuerdas de arpa 

estimuladas por  pellizquitos de enfermera,

la máquina emitía un latido regular que iba de más a menos 

hasta un final imperceptible,

como harían los hilos desflecados de una neurona algo senil,

y al final  llegaba la delicada pulsación, la yema bisturí

que percutía con empeño didáctico el alambre

y hacía protestar con un armónico gruñido

al animal sumido en plena hibernación.



Zona B:

Dejemos que el agua del Jordán retome sin estorbos su curso natural, aunque mucho me temo que ni la taumaturgia antigua del lugar le ayude a superar la sima del Mar Muerto.


sábado, 18 de enero de 2025

Memoria, esfuerzo y progresión; las gotas de sudor y el aire que bordea como un mosquito nuestra frente para que todo sea soportable y llegue hasta la cumbre la ilusión o la constancia ya desilusionada pero obediente al ritmo sin motivación de la rutina

 




Sospecho por el tono de tu voz que no mantienes

el interés por este juego, medir los metros 

que es capaz de superar ese lenguaje del olor

para que puedas recordar al animal, persona o cosa

vinculados a esta labor de aprendizaje,

antes mirabas con nariz atenta, te ponías de pie,

gemías con calambrinas de escolar hambriento

y sujetabas los hilillos de la brisa

para tejer con ellos un disfraz identitario,

con él vestías la arrogancia de la desnudez 

y sometías a bautismo a la indomable bestia

de lo desconocido, luego acudías satisfecho

a recibir el  merecido premio: la palmada en el lomo

y un piropo tan inapropiado y mercantil como buen chico,

teniendo en cuenta que, aunque dócil,

sigues siendo un perro nada más -ni nada menos.



Zona B:

Toda la franja de Gaza, miles y miles de hectáreas en Cisjordania, fronteras diluías con el Líbano y desbordadas en los Altos del Golán, así va despojando a sus vecinos el insaciable y prepotente estado de Israel, con la aquiescencia de países de occidente sometidos al sionismo económico. Hagamos entre todos que todos esos territorios ocupados vuelvan a su legítimos pobladores.

viernes, 17 de enero de 2025

Iré en tu busca por los arenales, recorreré hondonadas, coronaré las dunas y dejaré al final sobre el ardiente suelo unas ramitas de romero para que el sol las seque y las incendie en homenaje a ti que ardiste ya hace tiempo

 




A pesar de la escarcha

hay una zona protegida bajo los hilos del teléfono

que siguen el trazado de la carretera,

es una línea gris en medio de cristales

con algo de esa magia volandera y pajaril

que asume paradojas imposibles 

y las convierte en algo lógico y austero,

un cable por lineal y estrecho que parezca

nunca deja de ser una techumbre

cuando se encuentra suspendido

entre la hierba enferma y el inclemente cielo azul.



Zona B:

Esperemos a ver la letra oscura del acuerdo. En ella no se contemplará compensación alguna por las muertes absurdas y la brutal desposesión en que ha quedado el pueblo palestino. La guerra seguirá sumando nuevas víctimas, ahora silenciosas y que no figurarán en ningún muro que pudiera recordar este holocausto.

jueves, 16 de enero de 2025

Vuelve a salir el sol y volverá la noche; las mañanas serán la cuesta arriba por donde la vida aprende a caminar y las tardes ofrecerán el oro del descanso; en esta rutina nos movemos hasta llegar al límite, con la ignorancia barnizada por conocimientos de desván

 




Posiblemente no sea eso

lo que te ha de asistir como una tabla en un naufragio, 

ese rosario de cuentas ensartadas en hilo de latón, 

el oro falso de las oraciones,

él no hará nada por ti, tu salvación pende de un hilo

a pesar de las cuentas de marfil abrillantadas por el uso,

no habrá nada que puedas alegar en tu defensa,

se cerrarán las nubes sobre tu campo de cebada

y llegará el pedrisco como un rosario más, 

este de cuentas infinitas y el valor de tu siembra

quedará minorado por la tempestad, con tantos agujeros

como la piel curtida de un cedazo.



Zona B:

Que las circunstancias no trabajen en contra del acuerdo. La vida sobre todo.

miércoles, 15 de enero de 2025

Cualquier sobre entregado al servicio postal aclimatado a este desierto de escritura puede contener una denuncia, un ruego urgente, una palpitación o una noticia de alcance imprevisible; y puede estar vacío porque el esfuerzo de escribir, si es que se sabe hacerlo, es considerado una manera de sumisión a las argollas de una esclavitud antigua; no como esta de ahora a la que algunos llaman libertad

 



Llega a flote la música rebelde

que hace despertar del tedio

a un auditorio distraído,

unas burbujas de explosión tardía

reconstruyen los pasos programados

de la descompresión, como si fueran

monitores de un curso de buceo

en una alberca de interior,

cualquier celebración puede tenerlas

como ornato molesto o no buscado,

lo mismo que las moscas 

en las sobremesas del verano,

Esopo en sus memorias las compara

con ventosidades de las náyades

o con los litúrgicos eructos  

que dedicaban sus devotos

al odre inagotable de Dionisos,

(para mayor información véase apéndice

C 402 v60 de la edición primera de sus Fábulas).



Zona B:

Hamás no se fía Israel y viceversa. Como para fiarse de quien sigue matando para llegar a la mesa de negociación en posición ventajosa. Pero el pueblo palestino se desangra, muere de hambre, de frío y de abandono sanitario, mientras en los controles fronterizos se pudren toneladas de alimentos y de medicinas que el ejército israelí no deja entrar en la franja destruida.




martes, 14 de enero de 2025

Un último esfuerzo contra la pereza de pensar: imaginemos tres figuras geométricas impares, superpongamos sus perfiles y de la confusión que muestren saquemos un hilillo del que podamos ir tirando para que todo vuelva a parecerse a la línea recta original, (memorizar las curvas del proceso)

 




Volver del sueño,

salir de la diálisis que limpia

de polvo y telarañas los recuerdos,

cruzar sin analgésicos un páramo de escarcha

aprendiendo a sufrir los altibajos de la fiebre, 

los sueños no regresan aunque aspiran

a ser la pertinaz agua calcárea

que irá formando poco a poco

un esbelto esqueleto de estalactitas funcionales

como una forma subjuntiva 

de retomar el ritmo rutinario

de la jornada laboral.



Zona B:

No dejemos que el ruido del silencio momentáneo nos haga olvidar la deuda que contrajo el genocida Netanyahu y obliguemos a los tribunales a juzgar sus crímenes para que la violación de los derechos humanos nunca quede impune.


lunes, 13 de enero de 2025

Dejad que vuelen las campanas, ellas nunca abandonarán los ojos asombrados de las espadañas, ni se irán tan lejos a anidar como los pájaros pequeños a los que asusta el ruido del volteo; la torre para las cigüeñas que anidan más arriba, muy cerca del desván del trueno

 




A veces vuelvo allí,

y aunque ya no apuesto, me gusta estar con ellos,

como si un imán me sedujera con la atracción irresistible 

entre especies que no pueden juntarse,

ellos y yo, los números, las mil combinaciones

del arrebato lúdico sometidas al vértigo imparable y circular

de la ruleta, dispersos en el prado artificial donde los dados

salen a pastar mostrando la perfecta conjunción

de unos cometas picados de viruela,

no existe la suerte y el azar es una sombra

que intenta mitigar el sol furioso de los veladas de ambición,

la lógica del número, esa confianza mil veces desgarrada

y vuelta a remendar,

hoy sólo queda una bolsa de fieltro donde duermen

los amarracos de oro de un mestizo entre mus, póquer y tute 

junto a los últimos residuos

de lo que fue la caja de Pandora.



Zona B:

En algún lugar quemado por el sol de la leyenda pueden quedar aún residuos de una rebeldía: la estatua de sal en que se convirtió la mirada compasiva de la mujer de Lot. Luego vendrán las excavadoras israelíes y arrasarán cualquier relieve, aunque se trate de memoria apócrifa.



domingo, 12 de enero de 2025

Se refería a él como a su diccionario de términos cubistas, un lecho de torrente alfombrado de grandes piedras blancas con formas geométricas variadas y un ruido de bordón flotando sobre el cauce como si fuera el agua aérea de la pronunciación, algo que sólo recuerdan unos pocos y casi nadie emplea ya

 




Veo mi imagen reflejada

en las lunas de la terminal del aeropuerto,

tiene la mano levantada, 

pero no está saludando ni diciendo adiós,

tampoco solicita una limosna en el idioma universal

de los privados del derecho a usar su propia lengua,

podría interpretarse como el gesto

de quien mira la esfera del reloj

buscando el corazón numérico del tiempo,

pero yo no uso reloj ni espero que aparezca en el panel

el anuncio de mi imposible vuelo,

sólo he venido aquí a mirar a la gente, 

la ilusión en los ojos de quien va a salir

y la decepción en los de aquellos que acaban de llegar.



Zona B:

Ha surgido un acuerdo de silencio en los medios, como si no importaran ya las muertes que continúan goteando de la inmensa herida abierta en Palestina. Sea bienvenida la esperanza, pero no permitamos que francotiradores emboscados en intereses miserables la acaben derribando.

sábado, 11 de enero de 2025

Llegué a pensar que procedías de profundidades incendiadas, igual que el sol cuando aparece tras el corte escalonado de la cantera, pero luego te vi bajando lentamente sobre ruedas aleccionadas y sometidas a un carril, tan dócil y callado que deseché la idea de buscar en ti el alma de un un caballo

 




En una antigua caja 

de tabaco de pipa que aún conserva

el olor atezado del almizcle

guardo entre algodón una punta de sílex

como si fuera el corazón fosilizado

del neandertal que la talló,

su tacto frío contradice

el tono cálido de miel y su apariencia

de joya despojada de memoria

me hacen pensar en el destino

que damos a las cosas inocentes

a las que acabamos convirtiendo

en simples herramientas de matar.



Zona B:

¿De verdad alguien cree que tratan de llegar a algún acuerdo de paz? Lo que sí es seguro es que los bombardeos continúan y que la muerte sigue siendo la realidad de cada día.

viernes, 10 de enero de 2025

Llámame, es necesario que me llames, sé o debería decir que lo sospecho, que necesitas comentar, o dar salida, o guarecerte contra la intemperie del silencio; pero no, no me llames, después de ese silencio tan eficaz y prolongado tal vez sea necesario desbrozar los cauces o lubricarlos o sajarlos con el escalpelo que ni conoce ni es amigo de fementidas complacencias

 




Volar así

como los cuervos en la nieve,

fulgor puro de antracita

sobre el candor de la mañana de invierno ciego,

dentro, en la habitación, late la fiebre,

sueña con la orfandad del otro lado,

alguien con voz de madre te reclama,

duele el minúsculo espacio entre el acá y allá,

pero hay un vaso de agua sobre el dolor de la mesilla,

si pudiera llegar a él, si esta mano quisiera 

trasmitirle al brazo voluntad, no una orden taxativa,

un simple ruego, por favor que llueva,

que hasta aquí llegue el chaparrón de luz dorada

con que las tardes del verano

hunden sus manos en el mar.



Zona B:

También yo vivo esa impaciencia, que no es lo mismo que esperanza.

jueves, 9 de enero de 2025

Hemos de permitir que el animal regrese; va contra natura que el alma se eternice en el poder sin que algo material le ofrezca apoyo; y contra la experiencia va que sigamos haciéndole la corte a un aura sin cabeza, dijo la zorra al asombrado Esopo

 




Te dejaron ahí, 

tras una puerta gris con números en blanco, 

dentro hace guardia un gotero sin bolsa

como un espantapájaros contra la soledad,

tu voz es un gañido de coyote al que la manada ha abandonado 

en la intemperie del desierto,

toda la arena de oro, los azumbres repletos de licor de tuna,

y el escarabajo de metal hundiendo su dureza quirúrgica en tu piel,

debes luchar contra la luz que asoma sus garras por el este, 

o con el embozo blasonado con siglas de hospital

y mantener la vigilancia ante el merodeo de una sombra

que recita latines traducidos al idioma plomizo de la sumisión,

atento al frenesí de la enfermera con sobrepelliz

que deja al aire la insinuante espuma del sujetador

o la insondable luz de las enaguas que nadie lleva ya,

la desnudez de ahora bajo el verdor del uniforme

lleva derecho hasta las puertas cerradas de la ermita

que desabotonas muy deprisa

para ver el milagro de su piel.



Zona B:

Alguien que llega se ríe y amenaza con convertir la franja en un infierno. Llega desinformado; hace más de un año que Gaza se extinguió entre llamas, aunque sus habitantes siguen flotando lo mismo que pavesas sobre los tejados de Israel.




miércoles, 8 de enero de 2025

Un último vistazo por la ventana sur; luego ordenó que la tapiaran dejando un rehundido en la pared donde iría colocando las victorias obtenidas en sus razias por el monte; el sur ya no sería más que un mal recuerdo y el norte ya hacía años que lo había dejado de mirar; el cielo apenas en el agua que quedaba inmóvil en las pisadas de las vacas; pero ahí seguían el este y el oeste como una gemela tentación

 




He asistido años atrás

al cosquilleo malva de la buganvilla sobre la áspera pared,

primero fue un zarcillo ciego que buscaba el sol

y confundía el granulado tibio del pavimento de losetas

con el acné de la pared, seguía a las hormigas

que al parecer también buscaban

una tentación erguida para dejarse seducir por el olimpo 

usando la sagrada lentitud de cola de leopardo,

no muy lejos el ojo vertical de la salamanquesa

miraba con fijeza de caimán la laguna del cubo

o el océano azul de la piscina donde se ahogaban los mosquitos,

ahora vuelvo a mirar la simetría

hundida en la maraña de una vejez desaliñada,

evito el término jardín, manera cursi de pronunciar la jungla,

el agua oscura de la pasividad o algún nenúfar

convertido en inmensa rana toro dispuesta a devorar

cualquier forma de vida que quiera prosperar en sus dominios.



Zona B:

¿Puede verse como una mala paz esta ausencia de guerra, o sólo pausa involuntaria atormentada por un hervor de gusanos en el corazón del exterminador? Aunque también pudiera ser miedo a la amenaza de una justicia que poco a poco se le acerca.


martes, 7 de enero de 2025

Ella creyó oír unas pisadas, pero no quiso mirar atrás; yo pensé que aquella impronta sobre el barro podía ser la huella antigua de un oso y la vereda, el camino a su cueva, pero tampoco quise saber más; un pavor silencioso nos hizo caminar al mismo ritmo con que latía el corazón y se escuchaba la sofoquina del jadeo

 




A través de la asepsia del gotero 

que cuelga sobre tu cama de hospital

se ve a doble tamaño el deterioro del mal diagnosticado,

se supone

que es agua destilada lo que llena de furia humanitaria

las aeronaves del dolor, las que reciben 

el parpadeo de la luz y acuden a sofocar nuestras llamadas

con sus jeringas llenas de amor fosforescente,

reconstruyen con caridad mecánica la inclinación del cabezal

y meten a empujones bajo tu cerviz la hinchazón de otra almohada 

rellena con excremento de elefante y se van

sin despegar la voz, apenas murmurando

un góspel castellano reservado para funerales de arrabal,

dejando un ruido de lluvia apaciguada en el televisor

como si una finísima membrana percibiera 

el cambio de presión que las monedas ejercen al caer,

nada de ruido, es el dolor que paga en euros

un reportaje de la 2, leones, fieras de uniforme 

devorando un cadáver vivo que la muerte no te deja ver

porque se agota el crédito, pero permite 

disfrutar del zumbido anestesiante de una nieve

como cristal molido en la pantalla

para aliviar el trance -se supone- del apagón final.



Zona B:

Quién le venderá la munición a Netanyahu para luchar contra los tribunales que en su propio terreno le persiguen? Una justicia que él alabó cuando no estaba en su punto de mira y que ahora combate para evitar la cárcel y un vergonzoso deshonor.

lunes, 6 de enero de 2025

Granos de un extraño cereal, huellas de aves marinas marcándose en la arena, gotas de ámbar gris y almas de jibia brillando por las dunas de la playa y el plomo sin fundir de una galerna que se acerca veloz engalanada con el desnudo del verano

 





Fenías, el buhonero del blusón oscuro

murió de frío en el rincón azul del portal de la iglesia,

la hermandad del color le hizo invisible

para los devotos que acudían a las misas menores,

se le enterró en el recinto reservado

a los suicidas y a las entelequias, las maneras

distintas de vivir que algunos pocos

convierten en leyenda, 

dos palos cruzados y un placa con una equis dibujada

bajo una invisible calavera señalan el lugar

aunque él seguramente ya estará mucho más lejos.



Zona B:

Ahora que empieza a percibirse una posibilidad de negociación para la paz veréis como el genocida Netanyahu se inventa alguna excusa para evitar cualquier acuerdo. A él le conviene seguir en son de guerra para mantenerse lejos de la acción de la justicia. 







domingo, 5 de enero de 2025

Me entretengo a veces recordando el nombre o el apodo de los compañeros de colegio, algunos con el perfil casi borrado igual que esas monedas que el tiempo va dejando aquí y allá como un humilde aporte a la futura arqueología; cuántos quedarán y los que queden se parecerán a las bellotas que en otoño caen a tierra ya sin la gorrilla protectora que les mantuvo unidos a la encina común para acabar cebando a los jabalíes y a los ciervos?

 




Le costaba subir el tramo del final,

su frente se perlaba de sudor y cada escalón era un suspiro

y una excusa para detenerse, al otro lado del cristal el aire, 

los sonidos amortiguados y las palabras volando como pájaros,

él muy cansado,

pensaba que era por el sueño sin dormir de tantas horas

soportando los brillos de la noche, imaginando el alba,

su postergada proximidad, poniendo voz de niño:

tampoco tú puedes dormir? haz un dibujo de tu estado actual

sabiendo que lo que no aparezca se perderá ya para siempre

y quedará sólo la línea

del camino empinado que deberás subir,

(esos indicios le llevaron a sospechar que estaba enfermo).



Zona B:

A los nazis se les acabó juzgando por sus crímenes. ¿ocurrirá lo mismo con el gobierno de Israel que reproduce a escala la invasión de territorios de países vecinos, secuestra, encarcela, tortura y hace desaparecer a miles de personas inocentes con pretextos que nadie cree ya?

sábado, 4 de enero de 2025

Y qué esperabas si es este lodo lo que la riada acumuló, nadie ha venido a remediarlo y los que pasan por aquí se limitar a contemplar nuestro estupor poniendo cara de impotencia; eso cuando no dejan caer un comentario como puede ser buen material para una película de catástrofes

 





Le veo fuera

del círculo de tiza donde mi timidez ha confinado

algún que otro recuerdo, luce un jubón antiguo

de los que la guardarropía de los comediantes

conserva entre alcanfor y nidos de polilla,

apenas habla ya, medita igual que las estatuas de la plaza

en la eternidad fallida, la traición de la carne

y los achaques de una juventud envejecida,

pero de vez en cuando le regresa el descontrol de la memoria

y aunque nadie le escuche suelta al aire

la estopa mal hilada de un parlamento teatral,

la voz de Hamlet rozando compasiva

la calavera con verdín de Yorik,

entonces le permito entrar y nos unimos

en un recitativo de memorias

que ni él ni yo solemos recordar.



Zona B:

Si para garantizar tu seguridad has de ejercer una violencia continuada sobre tu vecino es que has descuidado el equilibrio que en toda relación es necesario. La vida en paz no es comparable al sobresalto de un estado de guerra permanente.


viernes, 3 de enero de 2025

Vino a decir que sí, pero el semblante seguía siendo inamistoso; poner cara neutral para enfoscar una pared de mal ladrillo que ni siquiera intenta mitigar esperezas; y afuera el tamborileo de la lluvia que no hacía más amable la alternativa al gesto avinagrado

 




Quise ir arriba,

a donde el aire aún canturrea las aleluyas del buen tiempo,

reposar en la hierba con el roce plural de sus agujas

y sentir el placer de un animal que pace,

por encima el perfil lenticular de las nubes más bravas

luchando a puñaladas con el viento,

yo aquí resguardado. mientras imagino 

el ronronear de las abejas que liban en el brezo,

sin embargo me he quedado en casa

arrugando cuartillas frente a la chimenea,

con ganas de salir pero entregado a la pereza del calor

pues mis dedos se encogen con el frío,

lo mismo que le ocurre a mi pequeño lápiz

ya tan gastado de tanto visitar al sacapuntas

en el ambulatorio de la seguridad social.



Zona B:

Ese belicismo descarado de Israel, consciente de su potencial armamentístico y de la ayuda financiera del sionismo, se vería frenado si el resto del mundo no intentara mirar para otro lado y adoptara una postura coherente con la defensa del derecho.  LOS DERECHOS HUMANOS.

jueves, 2 de enero de 2025

Su padre le dejó en el monte; le dijo: nada de navajas ni de cuchillas de afeitar, limítate al rebaño, que el lobo huela tu presencia y dude antes de atacar, así los perros tendrán cierta ventaja; ah, y olvídate del tiempo y los relojes, cuando la niebla baja de nada sirve mirar a las agujas; el día dura lo que tiene que durar, y nunca llores, pues aquí nadie te escucha

 




                                  Una incisión egipcia sobre el resplandor de la arenisca

                                  deja en el aire el negativo de un sol de plata oscura


Los sueños lejos

de este pandero oscuro que da las horas imitando

el repiqueteo astral de las ajorcas de una danzarina bengalí,

me veo dentro -o acaso fuera- de ese círculo solar,

lo oscuro siempre me sugirió el dolor del sol,

la quemadura de una piel inocente

que no ha podido madurar y sufre ahora los insomnios

de una pasión estacionada a años luz de aquí,

me veo fuera -o acaso dentro-

del circular retorno de los días,

siempre igual, copiándose a sí mismos

porque el dolor es uno

como dijera Ullán antes de irse.



Zona B:

Seguirán reclamando a Hamás la liberación de los rehenes mientras el pueblo palestino -todo él- sigue secuestrado en una franja donde el aire apenas da para asegurar la respiración a una población amontonada. ¡¡¡¡¡¡¡VERGÜENZA !!!!!!!


miércoles, 1 de enero de 2025

Para qué el ladrillo, si el simple barro sin cocer, alimentado por la paja como si fuera un animal, puede alzar un propósito hasta las cotas más altas de babel; y para qué tanto empeño en llenar de sargazos ese mar de la lengua original si no consigue que alcancemos el remanso final del entendimiento

 




Hoy, un día inaugural,

con luz arriba y escozor de hielo,

quise salir de caza, algo de esa impertinencia 

que intenta mitigar la ingenuidad de los propósitos 

me ha sugerido que me ponga el disfraz de camuflaje

y suba al monte a ver cómo la vida

convierte en novedad la circular repetición

de novedades anteriores,

la cámara con su mirada equidistante

captará el testimonio: soledades de frío

compartidas por animales invisibles, vuelos de águila, 

sonidos emplumados por el temor o la distancia, 

huellas de pasos en la nieve o simplemente 

un molde de pezuña en el barro reciente 

recordando que aún sigue ahí, sin descifrar, 

la oscuridad de los orígenes.



Zona B:

¿Hasta cuándo hemos de soportar la inhumana presencia de un poder que aniquila de forma sistemática todo aquello que estorba su ambición? No hay mal que cien años dure, se suele decir, pero el sionismo más salvaje ya supera esa cifra centenaria.