miércoles, 29 de enero de 2025

El pescador ya jubilado se sienta ahora dando la espalda al mar; no ha vuelto a ver el agua azul, el agua verde, el agua gris del mar, sólo el agua trasparente del grifo bajo el emparrado; su deuda es tal vez con la memoria aunque no podría asegurar que el mar, con el que tuvo tantas horas de conversación y controversia, siga siendo su amigo; le da la espalda, sí, aunque de vez en cuando echa un vistazo al reflejo que le ofrece el cristal de la ventana

 




Salí rodando arena abajo

igual que un caracol cuando se asusta

y lleva la contraria a la canción,

yo buscaba conchas, azulejos cuarteados por la sal,

pequeños vidrios de corte esmerilado

y pulseras de oro con dedicatoria

que suelen despistarse entre la arena

tras la sesión interminable de sol y contraluz,

buscaba el ruido de bordón acuoso

que algunos dicen escuchar pegando

su oreja al altavoz helicoidal de caracolas tropicales,

pero la duna me frenó en la cresta de juncos y carrizos

sin alcanzar la línea oscura que deja la marea al retirarse,

no conseguí gran cosa y, de regreso,

noté que me faltaba la medalla 

de mi primera comunión.



Zona B:

Da miedo escuchar a los colonos que se instalan en asentamientos ilegales de los que previamente han expulsado a sus propietarios palestinos. Dicen que ellos no hablan el idioma del odio, que quieren vivir en paz. ¿Es cinismo o ignorancia culpable? En cualquier caso es una actitud muy semejante a la que adoptó el pueblo alemán ante los crímenes de Hitler.

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