Salí rodando arena abajo
igual que un caracol cuando se asusta
y lleva la contraria a la canción,
yo buscaba conchas, azulejos cuarteados por la sal,
pequeños vidrios de corte esmerilado
y pulseras de oro con dedicatoria
que suelen despistarse entre la arena
tras la sesión interminable de sol y contraluz,
buscaba el ruido de bordón acuoso
que algunos dicen escuchar pegando
su oreja al altavoz helicoidal de caracolas tropicales,
pero la duna me frenó en la cresta de juncos y carrizos
sin alcanzar la línea oscura que deja la marea al retirarse,
no conseguí gran cosa y, de regreso,
noté que me faltaba la medalla
de mi primera comunión.
Zona B:
Da miedo escuchar a los colonos que se instalan en asentamientos ilegales de los que previamente han expulsado a sus propietarios palestinos. Dicen que ellos no hablan el idioma del odio, que quieren vivir en paz. ¿Es cinismo o ignorancia culpable? En cualquier caso es una actitud muy semejante a la que adoptó el pueblo alemán ante los crímenes de Hitler.
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