Hoy, un día inaugural,
con luz arriba y escozor de hielo,
quise salir de caza, algo de esa impertinencia
que intenta mitigar la ingenuidad de los propósitos
me ha sugerido que me ponga el disfraz de camuflaje
y suba al monte a ver cómo la vida
convierte en novedad la circular repetición
de novedades anteriores,
la cámara con su mirada equidistante
captará el testimonio: soledades de frío
compartidas por animales invisibles, vuelos de águila,
sonidos emplumados por el temor o la distancia,
huellas de pasos en la nieve o simplemente
un molde de pezuña en el barro reciente
recordando que aún sigue ahí, sin descifrar,
la oscuridad de los orígenes.
Zona B:
¿Hasta cuándo hemos de soportar la inhumana presencia de un poder que aniquila de forma sistemática todo aquello que estorba su ambición? No hay mal que cien años dure, se suele decir, pero el sionismo más salvaje ya supera esa cifra centenaria.
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