jueves, 23 de enero de 2025

Quedarán desiertas nuestras calles cuando ellos se hayan ido; no habrá más mercadillo de belén y espumillón para animar catástrofes y no regresará la luz de Sirio por ese lado tan azul y el cielo quedará en un gris plomizo igual que el hormigón, igual que el uniforme de los guardias que atisban la frontera para que nunca más llegue de oriente ni del sur o del oeste la incontenible magia de la estrella

 




En las tardes de agosto

bajaba el pueblo entero hasta la playa,

la señal era un aire que llegaba del este, miel atenta

que los robles enfermos supuraban

para resistir a la resina del pino forastero,

del serrín fermentado que se apilaba junto a la carpintería

salía aquel aroma turbador que nos ponía

al habla con los dioses, todo en los minutos indecisos

entre el fulgor último del sol y el rayo verde,

los arcos costillares de las ruinas del monasterio cisterciense

ofrecían albergue al tiempo huérfano

dándole la cena y un lugar donde dormir,

con ese protocolo inmemorial se aseguraba

una eternidad condescendiente sobre la ruina conventual,

y en plena noche se mezclaba el ruido de las olas

con el run run de las canciones que entonábamos todos

para que llegaran nuestros sueños al reticente oído de la divinidad, 

mientras exorcizábamos la muerte que llegaba 

flotando entre los restos del naufragio. 



Zona B:

Hacer grande a Israel, hacer crecer a América. Se creen el fermento que hace subir la masa hasta convertirla en pan y no son más que el resultado de la hinchazón de unos egos cancerosos que  amenazan a toda la humanidad. ¡¡¡CERREMOS LA MURALLA!!!

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