Durante mucho tiempo mantuvimos
nuestro sometimiento a la altitud, andábamos confusos
entre niebla y nuestros rebaños no sabían
lo que era el sol, al pasto se llegaba pisoteando
la nieve dura y hasta los lobos al acecho
acababan convirtiéndose en festivos muñecos con bufanda
y nariz de zanahoria,
luego la renuncia nos llevó hasta el valle
donde aprendimos a cantar algunos salmos
que proclamaban la desposesión,
y así llegamos hasta el páramo, la desolada playa de horizontes
eternamente fugitivos, donde los ojos se acostumbran
a no mirar porque han perdido
las altas referencias de la caliza azul de las montañas.
Zona B:
Tiempo de temor, tiempo de furia que llena el aire desde oriente hasta occidente. La estúpida venganza de los vencedores que ignoran que algún día se cebará con ellos.
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