martes, 21 de enero de 2025

El hombre de ancha espalda apareció en la entrada de la cueva, miró hacia el sur, donde el meandro reflejaba la luz del sol algo atenuada por el ramaje de los sauces, llegó hasta allí con ese andar furioso que suele obedecer a algún dolor y a dentelladas fue desollando la piel verde de una rama; en el camino de regreso a la caverna desapareció el dolor y desde entonces aquel hombre del tiempo oscuro cultivó un producto de farmacia al que hoy llamamos aspirina

 




Durante mucho tiempo mantuvimos

nuestro sometimiento a la altitud, andábamos confusos

entre niebla y nuestros rebaños no sabían

lo que era el sol, al pasto se llegaba pisoteando

la nieve dura y hasta los lobos al acecho

acababan convirtiéndose en festivos muñecos con bufanda

y nariz de zanahoria,

luego la renuncia nos llevó hasta el valle

donde aprendimos a cantar algunos salmos

que proclamaban la desposesión,

y así llegamos hasta el páramo, la desolada playa de horizontes

eternamente fugitivos, donde los ojos se acostumbran

a no mirar porque han perdido

las altas referencias de la caliza azul de las montañas.



Zona B:

Tiempo de temor, tiempo de furia que llena el aire desde oriente hasta occidente. La estúpida venganza de los vencedores que ignoran que algún día se cebará con ellos.


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