viernes, 24 de enero de 2025

En los canecillos de esa casona de cacique asoma la indignación, la resignada calma, el cretinismo que produce la miseria, la mirada miope de quien clama a dios, las manos que se elevan para palpar la lluvia, la desesperación tras el entierro de la niña que murió de frio o de hambre en medio de un mar de cereal, bajo la sombra de una pirámide de trigo dejada a los ratones y a los pájaros

 




Abundo en ese corazón bruñido por el sol

sobre tu escudo militar de piel de vaca,

admiro la campesina orfebrería que curtió y produjo

el sorprendente repujado de la víscera más combativa y animal,

dejaré que él me cuente, que me guíe a través de la batalla

sin un solo rasguño, acaso protegido por la hégira de un dios

que a su vez usa el humo para su propia protección, 

seremos un blanco difícil, una diana

colgada de la lanza de un guerrero,

él sabe qué hacer, burlando vigilancias 

llegará a la cocina de una confiada retaguardia

donde la guerra sólo entiende de intendencias

y cosas de comer, también el hambre duerme allí,

bajo las carpas militares y algunas veces,

si se consigue despertar a tiempo su ferocidad,

puede acabar con la más sólida defensa.



Zona B:

Estos días de pausa son los plazos que los dos imperialismo en alza se dan mientras diseñan el orden nuevo que consolidará nuevas fronteras en favor de quien ha ocupado el territorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario