En una antigua caja
de tabaco de pipa que aún conserva
el olor atezado del almizcle
guardo entre algodón una punta de sílex
como si fuera el corazón fosilizado
del neandertal que la talló,
su tacto frío contradice
el tono cálido de miel y su apariencia
de joya despojada de memoria
me hacen pensar en el destino
que damos a las cosas inocentes
a las que acabamos convirtiendo
en simples herramientas de matar.
Zona B:
¿De verdad alguien cree que tratan de llegar a algún acuerdo de paz? Lo que sí es seguro es que los bombardeos continúan y que la muerte sigue siendo la realidad de cada día.
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