Cualquier esfuerzo es aceptable
si tiene por objeto asegurar ese futuro
que los augures homologan con sus visiones del pasado,
vemos a Aquiles en conversación pacífica
con alguien que nos da la espalda y que mantiene
un cierto parecido con Ulises, ambos
comprueban el bruñido de una armadura de metal,
el filo de una espada o el destello de unos ojos azules
que reflejan las grebas acabadas de pulir,
intercambian secretos alejados del torbellino de la guerra,
la batalla más dura de su respectivas soledades,
y los dos prefieren llamarse por el mote
con que más tarde Homero los dará a conocer,
uno subiendo con pies ligeros la pendiente de la inmortalidad
tras aceptar su compromiso con la muerte,
el otro regresando al dulce olvido de una isla remota
a la que no parece tener prisa por llegar.
Zona B:
Antes mataban con misiles o con bombardeos, ahora siguen matando con el subterfugio de la tregua y para hacer más eficaz su labor de destrucción destierran a la UNRWA que prestaba una ayuda insustituible en el territorio en sanidad, educación y suministro de alimentos.
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