lunes, 20 de enero de 2025

Tras el paseo por el puerto se sienta un rato en el noray oscuro y mira largamente el cabeceo de los barcos; así alivia su mal de tierra firme y recuerda su origen montañés equiparando el mareo inicial del principiante con el vértigo alpino que asusta por igual a cazadores y a turistas cuando se arriesgan a seguir a los rebecos

 




Bajaban a la playa aún con niebla

a recoger madera y elementos 

que dieran un sentido a la quietud de la jornada,

las olas a lo suyo, columpiándose en las frondas del ceremonial, 

doblando y desdoblando el embozo de espuma sobre el cabezal de arena,

salvo el guirigay de las gaviotas -que vuelan siempre a contraluz-

y el odio circular de sus miradas, todo es paz, o lo parece,

porque de vez en cuando llega del mar un eco largo

como el crepitar antiguo del telégrafo

lanzando una llamada de socorro,

y debe ser así, porque en la arena

queda el dibujo perceptible del punto raya punto

reforzado con el emoticono de una posible calavera.



Zona B:

Es verdad, hoy no parece un buen día para la lírica, aunque mañana tal vez sea peor.


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