Me acerco caminando hasta la teología del dolor,
digo dolor aunque lo mismo se puede definir como cansancio,
pasos cortos y lentos antes de sentarme a meditar
sobre la utilidad del sufrimiento,
el aire es casi ateo, como yo,
pagano dicen los sociólogos, pues ellos no evalúan
nada más que aquello que se ve -el fainómenon,
usando ese lenguaje laberíntico
que la escolástica le robó a Aristóteles-,
y no es que yo siga sufriendo el acné juvenil de los suicidas
que no se atreven a saltar, yo siempre llego
a la cumbre final del silogismo, a la nieve perpetua
de la mirada crítica, allí donde el dolor no parpadea
y escudriña los usos paliativos de la terapia ocasional
para abortarla, -al otro lado está el abismo-,
nada puedes hacer más que esconderte
tras el envés de este tratado de absurda teología
pensando en el dolor de los que tienen fe
y no encuentran razón que justifique
la prolongación de la tortura.
Zona B:
Continúa la suma de asesinatos en el Líbano, continúa la ocupación de territorio, en contra del acuerdo. Pero ya sabemos: nadie va a poner fin a estos abusos. A los nazis se les llegó a juzgar. ¿Cuándo se juzgará a este gobierno genocida?
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