La piel apenas reacciona
al lametón del escozor, espera acaso
algo más arduo, la visita del aire que se agita
con aspereza contra el forraje verde,
en toda huella de civilización
se hacen fuertes las colonias de ortigas
sobre montes de estiércol y emanaciones de acidez,
se dice mala hierba a la que sólo es compañera
o testigo casual de alguna culpa imaginaria,
formaré con sus tallos un hisopo, lo mojaré de lágrimas
y lo aplicaré a la tierra seca como quien oficia un funeral
y espera aplacar las urticarias con liturgias
heredadas de prácticas antiguas.
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