jueves, 16 de febrero de 2023

Llegas al mar pindio que predomina en el paisaje y acabas aborreciendo y amando por igual el furor de galerna de esta dislocada orografía

 


Será esa cuesta súbita, erosionada y sin verdor apenas 

                                            la que me acelera el pulso,

quiero que mis ojos hagan justicia

no el halago a una postal que nada tiene  que ver 

                           con el paisaje bucólico de Arcadia,

-los días siguen siendo grises más que azules-,

subo la cuesta y desde arriba

cuento con satisfacción esos latidos de más 

                   que le ha robado mi corazón a la pereza

y me doy cuenta de que algo con dolor llega zumbando

igual que un abejorro en busca del oculto polen

                                                     de una flor agostada,

al final tengo que reconocer 

que hay algo de belleza 

en todo lo que se cuela sin pasión

por el balcón de la mirada.

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