Para no repetir los aires aprendidos
camina por el sol y cuida
tus ojos del cristal de la costumbre,
parece que todo suena igual, el aire,
el bramido del ciervo, el canto de algún pájaro
o el lenguaje rural codificado de las campanas de una iglesia,
párate y distingue,
respira el aire, no lleves escopeta ni liga para pájaros,
prueba a aplacar el hambre con arándanos
y cuando llegues a una fuente
inclínate a beber sin esperar al toque de campana.
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