Vi en el barro
unas huellas de animal, el jeroglífico
donde las especies dejan su visión
antes de llamarnos a concejo,
allí el sonido se alzará sobre la niebla
hasta dejar desnuda a la palabra
y poblar el oído con la diferencia y semejanza
de lo que el futuro ha de traer,
ellos serán, los no parlantes,
quienes interpreten esas huellas,
y con el tiempo hasta la palabra será suya,
como adecuado patrimonio
de quien tuvo el acierto de esperar.
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