viernes, 10 de febrero de 2023

La fragilidad del hielo se manifiesta en las manos cuando intentas usar la lleve para abrir algo que no recuerdas haber cerrado

 


Con la luz de febrero enharinada de ceniza 

acudo al industrial reclamo del río que bosteza

entre espuma fértil y compuertas

que lo descuartizan para hacerle pasto de voraces regadíos,


huele mal el agua, 

el aire pesa como respiración de perdigones

y no puedo beber, 

no puedo hablar con las perdices

acobardadas por los rigores del invierno,

no puedo ser esa silueta austera, sin hojas

que interponen los álamos del río, 

como precaria cortina de luz o como puerta 

para preservar la intimidad templada de las horas

perdidas entre hielos, vapores y presagios

de no se sabe qué lejanas profecías.

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