Alguna semejanza
con la carcasa defensiva del escarabajo que la muerte
deja sobre la arena, como una gema orgánica,
ya descargado del deber de inagotable y afanosa lentitud,
rendido a soles de injusticia y con aureola
de divinidad embalsamada, regresada a medias de la muerte,
pienso: tanto acero
de tornasolado pulimento, tanta línea curva
reconcentrada en un diseño pensado para la contemplación,
el intermedio de ida y vuelta y el callejón de rogativa,
me recuerda a esos sueños
que se superponen a las cosas y al final siembran la duda
sobre el valor de los orígenes
y la simple ventaja del envoltorio original.
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