lunes, 27 de febrero de 2023

Sobre la pila bautismal sólo está el nombre, reposando en patena entre algodón y parafina y vigilado por esa interjección ansiosa -ojalá- que todo lo pone entre paréntesis

 


Ojalá aquellas horas salobres que empleábamos 

en propiciar la caza de insectos ideológicos de impúdico aguijón

                                                                                     volvieran,

o si no, al menos el aroma de la resina entre latines al atardecer, 

y regresara el ronroneo de oraciones

a los dioses paganos que brotaban como setas hipnóticas

de la poesía de embajadores yanquis en los desiertos de Manchuria,

ojalá los cigarrillos portugueses, os mecánicos, fueran

el sustituto de este lápiz con el que ahora escribo 

tratando de domesticar la niebla y que volviera a oírse

la voz positivista y racional de Carlos Pérez

urdiendo trabalenguas para burlar el celo de la esfinge.


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