martes, 21 de febrero de 2023

Dos mirones jubilados contemplan en frío éxtasis el proceso de talla del bloque trasparente que llena la distancia entre la baja y la pleamar

 


Vamos a sentarnos al borde del rompiente,

no habrá necesidad de hablar porque las olas

llenarán con su rugido este recodo de la playa,

sólo tendremos que ayuntar los bueyes perezosos 

                                       de nuestros  pensamientos

para hacer más fácil el arrastre de estas horas grávidas

mientras el artificio de la sombra progresa hasta la línea de reloj

que hemos trazado para prevenir la pleamar,

luego nos levantaremos y en silencio

emprenderemos el camino de regreso

con las cestas repletas de algo vivo, no sabemos

si serán palabras en proceso de maduración 

o camarones fosforescentes que han tomado por seguro

nuestro aspecto de roca y se quedaron

dormidos con el balanceo de nuestra imaginación.

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