Paseo por la playa,
arena lisa y muda, ni olas ni gaviotas
empujan su sonido hacia este lado,
cualquier presencia es un estorbo,
la luz hiriendo con su sal los ojos,
las pozas vírgenes con un trozo
de firmamento prisionero
y el merodeo de una huella
en torno a un tronco regresado
de su periplo por el mar.
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