martes, 4 de julio de 2023

Llamaba la atención aquel orondo inquisidor repantigado en el sillón de mimbre frente a una jarra de cerveza, y el fruncido de un carmín de labios provocando en el vidrio ese incómodo temblor de las inconveniencias, incluso cuando falla el equilibrio de la ponderación, (la guerra es fea, sí)

 





El Madrid de ahora tiembla en plena noche

bajo el bofetón sonoro de las fiestas de barrio, 

por debajo de la cortina se insinúan unos pies hinchados, 

el aire huele a pólvora mezclada con aceite de freír,


la equidistancia afirma que se puede recorrer la acera izquierda

sin tropezar con nadie, -quién marcha en esa dirección-,

suena del dum dum del aire, Madrid vuelve a temblar 

y el barrio sésamo consuma al latrocinio de tu sueño, 


caminas por la acera y van cayendo sobre tu cabeza 

las pavesas huidas de la pasada hoguera de sanjuan

donde ardiera en patético silencio 

lo que aún quedaba de tu identidad envejecida.

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