23/ 7/ 23
Queda lejos el recodo
donde las luces de los coches se suicidan
dejando sobre el farallón sus huesos
de reluciente tafetán, hay telas
con luz propia, usan el cobre como hilo conductor
y llevarán su sangre al sacrificio
simulando el ocre de los enterramientos,
cuál era su nombre, yace aquí,
se mueve apenas la memoria y duele todavía
ese momento fugaz en que chocó
con violencia de fuego contra el encrespado terraplén.
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