viernes, 7 de julio de 2023

Por algún capricho editorial o por despiste tipográfico aquella edición tenía en blanco la que debiera ser la página setentaydos; es cierto que no faltaba texto o al menos no se producía ese pavor de los vacíos ente la ausencia de sentido; faltaba, nada más, y dejaba en el aire la elegancia del blanco intencionado frente a la eficacia del error convertido en acierto

 





Debo haberlo soñado, vi arena caer,

acaso arena esclava, esa que el reloj emplea para medir el tiempo,

caía como lluvia al otro lado del cristal, como espejismo

fruto del calor exagerado del desierto, o como anáfora

para lectores no habituados o quizás como margaritas

salpicando la hierba que separa las roderas del camino,

algo común y sin embargo muy difícil de precisar,

la temporalidad es como el agua vista por Heráclito,

a él le daba igual y cada día se acercaba al río a investigar,

regresando a su casa con buen ánimo, incluso se sentaba

a fumar un cigarrillo en el zaguán,

yo no consigo liberarme de ese pegajoso hormigueo de las piernas

y apenas logro conciliar el sueño si no escucho la voz

que susurra con tono profesional y amable: sigue, sigue así,

mientras te sigas atreviendo es que aún existen garantías.

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