Sorprende aquí
la quietud glorificada de las piedras,
la pereza en la plaza de la catedral,
hay muros de sillar escritos,
el cincel ha abierto hacia el pasado una ventana,
puedes ver cómo el viento infla cualquier leyenda
y una placa de bronce oscurecido alude
a los antepasados que elevaron a lenguaje corintio
el texto acartonado de una atrevida constitución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario