Así fue construido,
barras, pernios y bisagras para engarzar este y oeste,
lo estructural flotaba como vapor de aceite
sobre el rigor del plano, ruedas dentadas, rodamientos,
diagonales de estabilización, escuadras
sacadas a cuchillo de la escolástica cantera, el mármol es así,
con sangre apelmazada en capilares de trazo irregular,
aunque al final se note la ausencia de ese dedo
que lo conecta todo a la electricidad, el índice de fuego,
soberano, pero acomodado a la costumbre
y enfermo de pereza familiar, como la libido de los ángeles.
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