Podríamos seguir la huella de la luz,
el día despojándose de todo, lo mismo que esas
urnas de metacrilato con salpicaduras de agua
o el polvillo blanco de la sal tras la evaporación,
nos quedamos con eso
mientras vamos cruzando Extremadura
-vía de la plata- con emulsión de imágenes veloces
como corresponde al ansia inicial de vacaciones,
con la amenaza del calor en pleno mes de julio
y el miedo inevitable a malgastar los días
y regresar sin nada entre las manos.
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