Temo el ladrido del gran perro
que puede sofocar con su furor
el sonido de cualquier respiración,
manos libres contra la palabra natural,
una sola presencia, ya no hay gatos alrededor,
los pájaros huyeron como las hojas del otoño,
queda apenas música en los árboles
y a veces una motosierra viene a interrumpir esa balada,
la inocencia se organiza en diagonal,
liños perfectos para el cultivo de madera
igual que las palabras esperando
en el peristilo de los diccionarios.
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